May 6, 2005

Seeking the Face of the Lord

Una catequesis adecuada nos ayuda a vivir el llamado a la santidad

Es importante mantener bien fresco en nuestras mentes que todo aquél que es bautizado recibe un llamado a la santidad, un llamado a transformarse en Cristo, a vivir nuestra fe al servicio del prójimo y a aceptar el estilo de vida de Cristo hasta que volvamos al hogar con Dios.

Es importante que entendamos este enfoque en nuestra misión de educación católica y formación de fe. La catequesis en nuestras escuelas y en nuestras parroquias tiene como finalidad asistir a nuestra juventud, a los jóvenes adultos y a los adultos que viven nuestro llamado a la santidad, motivándonos a acogernos a la verdad de la revelación de Cristo y a la sabiduría de las enseñanzas de la Iglesia. Lograr un conocimiento básico de nuestra fe es una necesidad imperiosa para todos los grupos generacionales, especialmente para nuestros jóvenes y jóvenes adultos. Siento mucho que algunos de ustedes que son padres hoy en día no recibieron ese conocimiento básico. En nuestra cultura todos necesitamos ayuda para enfrentar cuestionamientos importantes acerca de nuestra fe y las prácticas de nuestra Iglesia.

Resulta importante la manera en la que fomentemos este crecimiento en la fe. No estamos ayudando a nadie, especialmente a nuestra juventud, si aquello en lo que creemos se percibe simplemente como un asunto de escogencia personal. Ni tampoco ayudamos a nadie si se deja la impresión de que “una iglesia es igual a la otra.”

Durante el Concilio Vaticano Segundo, un documento en la oficina pastoral de obispos exigía la creación de un directorio para la instrucción del catecismo al pueblo cristiano. Fue el único texto catequista que se publicó para todo el mundo desde la emisión del Catecismo Romano en 1569. El Directorio General para la Catequesis se publicó en 1971. El texto abordaba errores que se encontraban con frecuencia en la catequesis. Se alentó a los obispos del mundo a que desarrollaran directorios nacionales para poder aplicar los principios y lineamientos para la catequesis y la formación de fe en sus propias culturas. Después de un largo proceso de consultas, se publicó en Estados Unidos un Directorio Nacional para la Catequesis el cual fue aprobado por la Santa Sede en 1978.

Muchos educadores religiosos en Estados Unidos comenzaron a apartarse del enfoque clásico de instrucción religiosa, haciendo mucho más énfasis en la catequesis basada en la experiencia y dando especial importancia a la vivencia de la fe. Se hacía más énfasis en la formación y no solamente en la instrucción.

Sin embargo, estos esfuerzos vinieron acompañados de cada vez menos concentración en el contenido específico de la doctrina cristiana, justo al tiempo en que la cultura comenzaba a ver la autoridad, la tradición y la existencia de una verdad absoluta con un cariz negativo. La noción de una “existencia correcta” comenzó a ganar terreno en contraste con la noción de una “creencia correcta”, como si las dos fueran, de alguna manera, excluyentes. A aquellos de nosotros a quienes se nos enseñó con el enfoque del Catecismo de Baltimore al menos fuimos expuestos a los contenidos básicos de nuestra fe. No podemos suponer lo mismo en las generaciones más recientes.

En octubre de 1992 el Papa Juan Pablo II promulgó el Catecismo de la Iglesia Católica. La edición inglesa del catequismo se publicó en 1994. Ésta proporciona la enseñanza normativa de la fe católica para nuestra vida contemporánea.

En 1994 los obispos de todo el país establecieron un comité Ad Hoc para el uso del catequismo. La tarea principal del comité ad hoc era revisar los libros de texto religiosos, para verificar su conformidad con las enseñanzas del Catequismo de la Iglesia Católica. El proceso de revisión reveló un patrón de deficiencias en los libros de texto en uso que, si bien no eran intencionales eran considerables: por ejemplo, la enseñanza de la Trinidad y la cristología no concordaba siempre con la Revelación. La enseñanza de la eclesiología y de la teología sacramental carecía de integridad y equilibrio. Hasta cierto punto las deficiencias en los libros de texto eran producto de una corrección excesiva, destinada a establecer metodologías de enseñanza más efectivas.

En 1997 la Santa Sede publicó un Directorio General para la Catequesis corregido, que se concentraba en cómo debía realizarse la enseñanza de la fe, como anexo al Catecismo de la Iglesia Católica. En mayo los obispos de nuestro país publicarán un Directorio Nacional para la Catequesis corregido, que busca lograr un equilibrio adecuado entre el contenido de la fe y la forma de impartirla. También estamos a punto de publicar un Catecismo Católico para Adultos de Estados Unidos.

En 2002 los obispos de Estados Unidos votaron para fundar un comité permanente para la catequesis, al cual se le impuso la tarea de desarrollar lineamientos de instrucción para la educación religiosa a nivel de secundaria. Este mes se publicará un boceto de los lineamientos doctrinales para la amplia consulta con los obispos estadounidenses, administradores y maestros de secundaria y programas de educación religiosa parroquial. El boceto propone un plan de estudios catequista centrado en cristo para ayudar a los estudiantes a encontrar a Cristo, ya que él se encuentra en la Iglesia, en la Palabra de Dios y en la vida sacramental de la Iglesia, especialmente en la Eucaristía.

Se están realizando grandes esfuerzos para atender la necesidad de una catequesis efectiva para todos nosotros: jóvenes, jóvenes adultos y adultos. †

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